CRÓNICA LEGISLATIVA… POR PICK (2/05/2007)

La Insoportable Levedad del Ser. El Debate al Plan Nacional de Desarrollo.

Hace pocos días, al anunciar que el Plan Nacional de Desarrollo 2006 - 2010 había pasado su primer debate en las comisiones económicas del Senado y la Cámara de Representantes, la prensa bogotana reseñó minuciosamente los “micos” que le añadieran los congresistas. “Hasta la construcción de un nuevo edificio para el Congreso” insistía indignado el redactor. Hoy una carta de modificaciones presentada por el gobierno propone...

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La Insoportable Levedad del Ser.El Debate al Plan Nacional de Desarrollo.

Hace pocos días, al anunciar que el Plan Nacional de Desarrollo 2006 - 2010 había pasado su primer debate en las comisiones económicas del Senado y la Cámara de Representantes, la prensa bogotana reseñó minuciosamente los “micos” que le añadieran los congresistas. “Hasta la construcción de un nuevo edificio para el Congreso” insistía indignado el redactor. Hoy una carta de modificaciones presentada por el gobierno propone 25 modificaciones al articulado original. Elimina 24 artículos y propone 8 más. Y sólo será votada ocho horas después del inicio de la sesión. ¿Ansiosos?

Las nuevas disposiciones le apuntan a la eliminación de los regímenes de Prima Media en la seguridad social, la privatización del seguro social, la eliminación de algunos fondos de previsión estatales, el fin del edificio del congreso y del chip para el SOAT. Se eliminan los recursos para vías secundarias y terciarias, arguyendo que el Plan debe concentrarse en las vías estratégicas para la competitividad, y se piden facultades extraordinarias para reformar la fiscalía… ¿en un plan de desarrollo? ¿Estará en riesgo el Plan por unidad de materia? Si el Congreso no lo aprueba, el gobierno lo expedirá por decreto.

Los Senadores irán llegando a una plenaria que comenzó antes del almuerzo. Hablan los ponentes de la iniciativa –destacados uribistas de las comisiones económicas-, los voceros de las bancadas y alguno de los Ministros, viceministros y directores que hacen capilla al cuidado de sus proyectos. Minhacienda, Mintransporte, Mininterior, Mincomunicaciones, Planeación y la Fiscalía.

Sus asesoras los acompañan y no dejarán de llegar al recinto hasta la noche. Casi hay más asesores y asesoras que congresistas. Jóvenes diligentes, computadores en mano, carpetas y documentos legajados listos para lanzarse sobre algún senador desprevenido del Partido Liberal o Cambio radical. Se acercan, se sientan a su lado y “le ayudan” a revisar algún inciso e incluso discuten, en tono acalorado, sobre la conveniencia de alguna propuesta gubernamental. Hacen una pausa, revisan sus documentos una vez más, conversan, quizás angustiadas o aburridas por la marcha tortuosa de la sesión. Toman sus celulares, reciben y anotan direcciones, pasan llamadas, se reúnen en corrillos a discutir y contar votos, a buscar por los posibles conversos. Llega el Ministro, corren tras él en aleteo de consejos y actualizaciones y hojas y más hojas en su camino al atril para hablar a la plenaria.

La presidenta solicita se disponga de un minuto de Silencio a manera de homenaje, tras el fallecimiento del senador … Sólo ÉL podría cortarla como lo hizo. El padrino. Que sólo suele asistir a la plenaria por cortísimos intervalos, circulando por las distintas bancadas, negociando aquí y allá, enfundado en su mirada displicente y su tono autoritario. Germán Vargas Lleras solicita que el homenaje se postergue para las siete… por aquello del rating.

Parte de tranquilidad del Ministro de hacienda. Loas y más loas a la austeridad fiscal del mandatario y su decidido compromiso con las políticas sociales. Un discurso poderoso, que circula grácil por un inventario extenso de programas y proyectos. Muy pocos, en el gobierno, en las curules o las barras parece prestar atención. Como no se la han prestado a ninguno de los senadores que intervinieron antes que él. Concentrados en los papeles que reposan en sus mesitas o rodeados por Representantes que van y vienen entre su plenaria y ésta, donde se discute en forma paralela.

No nos engañemos. En las plenarias nadie suele prestarle atención a nadie. Son contadas las ocasiones en que al calor de una discusión la plenaria en pleno o sus mayorías fijan su atención en algún orador. En ocasiones, esto ocurre cuando algún histórico como Gerléin o Renán Barco toman la palabra y decaen los susurros.
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Este es un ministro inteligente, quizás menos tecnócrata que su predecesor y por ello más capacitado para generar empatía entre los congresistas. Su voz se eleva sobre los murmullos, sin dudar siquiera, reiterando logros mientras sus manos circulan incontenibles apuntando al cielo, elevando su pulgar al compás de frases voluptuosas, asintiendo imaginariamente sobre el atril o lanzándose presurosas a su bolsillo en pose gaitanista. Es claro que “Bostezos”, nuestro flamante ministro del interior, podría aprender un poco. Que no está tan viejo, carajo.

Se da paso a un toma y daca entre Ministros y parlamentarios sobre artículos puntuales. Se leen los impedimentos, negados con cristalina puntualidad, casi ritual. El Secretario lee entre dientes las mociones y somete a votación. Mecánicamente, anuncia el voto negativo de los congresistas sin que medie manifestación alguna de parte de aquellos interpelados.

Poco después, una subcomisión de senadores presenta las propuestas de la Carta del gobierno. Milagrosamente, los rostros se vuelven sobre una copia y los murmullos se acallan. Asesores y asesoras se sientan alrededor de sus jefes esperando el juicio de los elegidos. Diversas voces se elevan para demandar una y otra vez una mayor inversión para sus regiones electorales. Representantes de los distintos partidos a coro, exigiendo, mendigando a su gobierno o su contradictor “que se los tenga en cuenta”.

Algunos escapan a esta corriente impetuosa. El Polo hace reiterados saludos a la bandera para exigir lo imposible. Toda propuesta ha de ser avalada por el gobierno o se hundirá automáticamente. Proponen que se incorpore una cláusula que obligue a revisar el salario mínimo o que impida la privatización de las electrificadoras.

A la madrugada, tras horas y horas de exigir y rechazar la construcción de puentes, de canales, de vías, de malecones, se lanza el pupitrazo. La pregunta se repite una y otra vez cual sentencia ante los acusados: ¿Aprueba la plenaria el artículo…? Y las palmas golpean los pupitres con irregular cadencia. Las mayorías aprueban en pocos minutos, no antes de que se los voceros de oposición presenten sonoras constancias.