martes, 17 de abril de 2007

CRÓNICA LEGISLATIVA ...Por: PICK (17/04/2007)

Plenaria e Historia
El Debate a las Convivir en Antioquia


Del MAS (muerte a secuestradores) a la Escuela para las Américas -popular centro de formación para las élites militares del continente, inspirado en la doctrina anticomunista- la intervención del Senador Petro intentó elaborar una explicación al surgimiento del fenómeno paramilitar. Lo que distingue al Senador del polo Democrático es...
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El Debate a las Convivir en Antioquia


Del MAS (muerte a secuestradores) a la Escuela para las Américas -popular centro de formación para las élites militares del continente, inspirado en la doctrina anticomunista- la intervención del Senador Petro intentó elaborar una explicación al surgimiento del fenómeno paramilitar. Lo que distingue al Senador del polo Democrático es su voluntarioso esfuerzo por construir relatos que den sentido al conflicto. Las frases de Petro destilan teoría para las masas. Mensajes que se repiten con rítmica cadencia, documentos que se presentan como pruebas irrefutables en las pantallas de televisión, para crear una sensación de verosimilitud.

El citante utilizará un tono que a cada paso sugiere una conclusión, hilando historias particulares en un gran relato. Enfatizando aquí y allá, reiterando algunos nombres una y otra vez, algunas cifras, algunas citas, algunos testimonios para enfatizar precisiones que se diluyen en una historia cíclica. Su mirada desafiante sobrevuela a la concurrencia, evitando la pantalla.

“Los paramilitares son caníbales. Se matan a sí mismos para reinventarse tiempo después” sentencia el tribuno. Su presentación, anunciada durante meses en los medios oficialistas, atrajo a un cúmulo nunca antes visto de funcionarios y periodistas que atiborran las barras. La policía, por vez primera, debe restringir el ingreso al salón de sesiones del senado. En todas las oficinas un televisor prendido siguiendo el debate y los rostros que alternan emoción y desconcierto, desinterés y rechazo.

Hábilmente, utiliza al contradictor como fuente, justo antes de adentrarse en un recuento doloroso, abundante en imágenes, de los muertos y la violencia. Hasta los muertos asisten a “la antesala del debate”. Galán, Andrés Escobar, los muertos de la UP, las almas del avión de Avianca se asoman a los dinteles, las columnas y los capiteles del salón de sesiones.

Insiste en los innegables vínculos de los miembros de las Convivir con el paramilitarismo. Nos invita a cuestionar las cifras oficiales, anticipándose a la respuesta oficial. “La seguridad mafiosa también garantiza descensos en las cifras de violencia”, reitera. En su relato, atravesado por testimonios judiciales y mensajes de texto entre celulares, se mencionan haciendas y pueblos en el magdalena medio, así como nombres y más nombres de testigos, funcionarios, políticos y militares implicados. Son los elementos con los que se escribe, en directo por el canal del congreso, la historia de los orígenes del paramilitarismo.

“La violencia es local como los orígenes del fenómeno”. Dabeiba, Yarumal, Santa Rosa, Angostura, Valdivia, Briceño, el Roque, campamento, los llanos del Cuiba, Apartadó, Yarimal, la 24, Carepa, Turbo, el Aro, la 35, Ituango .

“Los doce apóstoles”, “el capitán represa”, “mochacabezas”, “el Rey”, “las águilas”, “negro fino”, “colmillo”, “Jacinto”, “Danielito”, “doble cero”. El prontuario de una violencia sin rostro, abundante en motes que sólo replican los de La Violencia partidista de mediados del siglo Veinte, cuando los protagonistas eran Chispas, Sangrenegra, sietevidas o tirofijo. Sólo algunos nombres encarnan el terror. Los más, reconocidos protagonistas del actual proceso de paz. Los menos, figuras siniestras como Rito Alejo del Rio, sórdidos sicarios de coincidencias. O aquellos que se pasean en convites paramilitares y posan con ellos en postales de la muerte.

Cuerpos atados a automóviles de inteligencia militar o lanzados a una represa. Helicópteros que sobrevuelan la masacre en curso. La guerra es recreada en este espacio comúnmente mullido en diplomacias. ¿Es este un debate por la verdad, aun cuando dolorosa? ¿Es la verdad lo que atrajo hoy a los medios y a los curiosos? No hay pruebas reinas en esta historia y quizás no debería haberlas. ¿Existe una bolsa común del nuevo narcotráfico? ¿Asistimos al surgimiento de un nuevo cartel de Medellín? ¿Requerimos un acuerdo por la verdad?
O quizás sea más importante preguntarse a qué se estaba anticipando Petro. ¿Cuál era su apuesta estratégica?


1 comentario:

Anónimo dijo...

En buena hora un momento de reflexión, de vibrantes preguntas ¿Qué produce más emoción y desconcierto, desinterés y rechazo en el seno de cenado pueblo, en las plenarias del senado?