miércoles, 25 de abril de 2007

CRÓNICA LEGISLATIVA… POR PICK (24/04/07)

Los Gallos del Senador

Nuestra historia comienza en 1887, día soleado en el que Manuel Licona optó por hipotecar su propiedad por una cosecha de cocos y otra de ñame. El senador citante nos invita a un debate sobre la titulación de las tierras de Barú, isla creada artificialmente por el canal del dique. Barú, hacienda adquirida por 54 comuneros, que fuera titulada como propiedad de derecho común y prohibidizo, por lo que no podía ser… y ahí está uno, el primero, que apenas y suscita algunas tímidas sonrisas en la concurrencia.

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Los Gallos del Senador

Nuestra historia comienza en 1887, día soleado en el que Manuel Licona optó por hipotecar su propiedad por una cosecha de cocos y otra de ñame. El senador citante nos invita a un debate sobre la titulación de las tierras de Barú, isla creada artificialmente por el canal del dique. Barú, hacienda adquirida por 54 comuneros, que fuera titulada como propiedad de derecho común y prohibidizo, por lo que no podía ser… y ahí está uno, el primero, que apenas y suscita algunas tímidas sonrisas en la concurrencia.


Nos instalamos de nuevo en el discurso, en los nombres, en el recuento minucioso de actos administrativos que se suceden a lo largo del siglo XX, respaldados por documentos que vomitan técnica jurídica desde el atril, o se proyectan tan borrosos en las pantallas de plasma … y ahí está otro, mucho más sutil, casi diríamos, contenido.

“A la nación le venden el predio en 1969”… “Gabriel Echavarría Obregón”… “Con una sentencia de prescripción de dominio” Un caso interesantísimo, que se diluye en un galimatías insufrible de pronunciamientos judiciales. Se presentan escrituras y firmas y poderes y nuevas escrituras y, ante los periodistas, que no logran despojarse del soponcio que sube de las curules, nuevamente el sobresalto acústico juvenil… el más sonoro. Como para invitarnos a volver sobre las frases que pronuncia este virtuoso del falsete.

Progresivamente nos adentramos en el tema y se vacían las curules. La mesa directiva se anima en vigorosa plática y las asesoras del Ministro se miran, algo aburridas, tras sus celulares encendidos.

Que lindas piernas de la Senadora Melody, apenas sutilmente acariciadas por una muy brillante falta corta en blanco y negro. ¿Qué tanto hablará con Benedetti, diligentemente trajeado en traje ocre oscuro y corbata serísima y quizás muy fina? ¿Serán tan amigos como nos lo quieren hacer creer?

La noche, ya cerrada, se abalanza sobre la plenaria. Quedan unos pocos liberales: López, galán y Córdoba. Algunos más de cambio radical, con Lleras a la cabeza. Gil y convergencia, en el rincón menos visible de la plenaria. Del Conservatismo sólo queda uno. El mira en Pleno y un indígena, tan juicioso. 5 o 6 de la U y otros tantos del Polo. Del Grupo de Mario Uribe lo mismo de siempre. ¿Quién es Mario Uribe? Hay más periodistas que senadores. Falta un cuarto para la ocho. Valientemente hemos estado aquí por una hora y media.

Y los hechos, en barú, ocurrieron en las décadas de los cuarenta, los setenta y los noventa.

Un video, si. Y no se ve nada. Y dura 16 segundos.

Despierto. “La escritura original data de 1887, pero el folio matriz es de 1898. “En cuanto al predio la puntilla, según el folio de matrícula número 3547689, se tiene que de acuerdo a la escritura pública número 9454937 que reposa…”.

Que labor tan interesante la de los camarógrafos que cubren el Congreso. Se sientan junto a sus cámaras por horas. Esperando, leyendo el periódico, alargando sus ya luengos rostros de cara al foro público de la democracia colombiana. Aguardan, emboscados en sus chalecos, siguiendo el tono de algunos de los tribunos que lanzan al viento sus palabras. Aguardan, cabalgando en la rimbombancia, mirándose unos a otros, hasta que de pronto, sin mediar acuerdo alguno, se lanzan sobre sus lentes, ojo al visor, dedos al foco, para capturar un instante de la perorata interminable. Luego de un momento, de vuelta a las incómodas barras, hasta que la congestión de voces superpuestas en franca lid los hará levantarse de nuevo, lanzarse a capturar la revuelta, gritan unos, gritan otros. Ellos asechan.

Se empiezan a ir liberales y uribistas, y también lleras. El citante intenta que sigamos las casi 30 compras de los predios en disputa. Se van los periodistas y llegan otros. Parece que trabajan por turnos.

Ocho treinta. Poco más de dos horas después del inicio de la sesión. Del polo queda uno. Del partido liberal hay 3, contando a quien preside la sesión. De Cambio hay cuatro, citante incluido. De la U 4 también, mientras que los conservadores ya son tres. Un indígena, un miembro de Colombia democrática y un oscuro vacío en el lugar que ocupara convergencia ciudadana.

Recorremos testimonios, de nombres que recordamos haber oído en algún folio mentado en este kafkiano relato. Y es triste ver a los asesores, tristes, quizás, aburridos ante lo evidente, apretados en la cabina de grabación. Una investigación memorable, destruida al ponerla en escena. Hecha añicos en licuadora de minucias y tecnicismos.

Susurran los periodistas… se va petro, se va petro

Parece que quienes vendieron ilícitamente al Estado las tierras de barú terminaron asociados con éste para el desarrollo de un complejo turístico. Y parece que por fin alguien va a tener que responder por los cocos de Manuel Licona.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Como en los Argonautas Malinowski, surge cada vez más proteico un hálito de exquisito diario de campo y este encantador escrito me lo confirma.

Anónimo dijo...

la situacion es muy dificil cuando el bien y el mal hacen alianzas en contra de los pobres. hasta cuando carajo!!!!

j.p. dijo...

existe la posibilidad de tener acceso a la sfuentes de este articulo? Seria muy interesante, y yo estaria muy agradecido. Se daran porsupuesto los respectivos creditos.