miércoles, 11 de abril de 2007

MANIFIESTO

Senadosexy se alimenta de las contribuciones de un grupo diverso de colaboradores. Por sus caracteres se pasea la voz de esas almas apenas visibles en los pasillos, los balcones, los palcos, los escritorios o las ventanas de los edificios del Congreso de Colombia. Asesores algunos, tinterillos, supernumerarios, manzanillos y empleados administrativos integrarán nuestra nómina. Académicos interesados en temas legislativos, corbatas y, quien lo creyera, incluso algún parlamentario.

Como espacio de creación colectiva, sólo nos convoca una pulsión innata, el deseo por escribir sobre el congreso y lo que ocurre tras bambalinas. No nos interesa especialmente perseguir las chivas, ni esperamos que algún escándalo justifique nuestra existencia. Ese lastre se los dejamos al periodismo convencional. Lo nuestro es explorar el ejercicio legislativo desde la crónica, el testimonio, los reportajes, la sátira, el editorial y demás géneros literarios, como remedio contra el calambre de los burócratas. Nuestro horizonte de sentido la prensa política colombiana del siglo Veinte, de la que nos consideramos orgullosos herederos.

Maniatado nuestro intelecto por la rimbombancia de la campana mediática, que impide oír voz distinta a la del ejecutivo, pretendemos enriquecer la mirada de aquellos interesados en lo que ocurre en el capitolio, espacio en el que aún se cuece la representación democrática. Admiramos a los grandes oradores y nos seduce dar cuenta de los juegos estratégicos que a diario presenciamos, planeamos, escuchamos, amparamos o enfrentamos. Intentamos alejarnos de algunos de los clichés que han instalado los discursos hegemónicos sobre el Congreso de la República de Colombia, lo que no nos impide asumir las más mordaces y acidas posturas frente a la cotidianidad parlamentaria.

La responsabilidad social no es nuestra bandera. Mucho más profanos son nuestros ideales y quizás más ambiciosos en un plano existencial. Lo nuestro es escribir por el placer de hacerlo. Etnógrafos extraviados en la burocracia, nos queda la ventana digital para enfrentar a los fantasmas y saciar la curiosidad presa entre ceja y ceja. Aspiramos un ejercicio divertido, que nos permita leernos en la práctica legislativa.

Frente a nosotros preguntas monumentales. ¿Cuál es el poder del Congreso en el sistema político Colombiano? ¿Qué sentido tiene la práctica legislativa? ¿Para qué sirve el torrente de documentos, leyes, constancias, proposiciones, citaciones, debates, pronunciamientos que atiborran nuestro devenir? ¿Qué hacen los parlamentarios y sus asesores? ¿Cuáles son las relaciones del congreso con la sociedad civil, con el ejecutivo y las demás entidades estatales? ¿Cómo se hace política en Colombia y cómo se sobreviven quienes la practican? ¿Qué razones explican la devoción de los correligionarios que periódicamente intentan conquistar el voto popular?

Las enfrentamos cual quijote. Románticos, visionarios que sueñan despiertos con quienes velan sus armas. Sin línea editorial, tan sólo exigimos que la identidad de nuestros colaboradores se oculte tras un heterónimo, personaje singular que esperamos sea el producto de un proceso de elaboración progresivo. Crear sus gustos, sus aficiones, sus resentimientos, sus angustias y sus odios es tarea que encomendamos con vehemencia a quienes usen esta plataforma. No tenemos secciones fijas, pero aspiramos que cada colaborador desarrolle líneas narrativas independientes, que puedan desarrollarse con el tiempo y ganar en densidad. Lo demás vendrá por añadidura.
Sin más.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Un ejercicio sin duda sugerente... cómo puedo escribir.

Anónimo dijo...

Sin duda varones TODOS los que escriben en su página! nada raro, la política, lo político siempre un mundo tan masculino... bueno estaré pendiente esperando que las palabras de mujeres circulen por su página... ojalá no periódicamente.. difícil espera.. ojalá permanentemente!

Anónimo dijo...

Un manifiesto, una cruzada... hasta cu{endo van a estar?